7 de agosto de 2016

MALDITO CORAZÓN




Dijo Fernando Pessoa: “…el corazón si pudiera pensar se pararía.”
Maldito corazón.
Se trata del Corazón, con mayúscula. 
Bombita aspirante e impelente, allí señalamos cuando nos estrangula la congoja o nos enamoramos. Ese musculito de apenas 200 gramos, que empezó a latir mucho antes de nuestro nacimiento -cuando éramos simple renacuajo- puede hacerlo 3.500 millones de veces, sin interrupción, toda nuestra vida.
Lo transbordamos dentro, sin él no seríamos quienes somos. 
La borrasca mental escampa en cuanto el corazón se revela, la odisea pensante suspende. Pone coto a racionalizaciones y enciende la alarma no bien la autoexigencia te subió a la calesita de las prohibiciones.
Es el lugar del amor. Escucha mi corazón, lo digo de corazón. Si me dejas me rompes el corazón. Ya te lo entregué. Lo que mi corazón siente/sabe/ teme/desea no lo ha de acallar nadie. Logo de la ciudad idealizada. Bécquer, mucho Bécquer. Boleros, tangos, cantatas profanas. Elvis, Nina, Charly. Colgarse, comer, garabatear corazones. Todas tus cartas, todo tu diario, casi todos los libros. 
Bendito corazón.


de mi novela: NADA MENOS



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